La formación en el siglo XXI
Tras ver una película danesa llamada “Pedro, el afortunado” en Netflix esta semana, basada en un libro con el mismo nombre que fue premio Nobel de Literatura en 1917, me vino a la mente una conclusión subliminal de dicha película, que aplica mucho a la formación que las empresas debe impulsar para sus trabajadores, los gobiernos para sus funcionarios y las familias para sus hijos.
Hasta la fecha, desde la primera Revolución Industrial hasta la cuarta que estamos viviendo actualmente, el foco en la educación de las personas siempre ha sido en la formación técnica del individuo como símbolo de progreso. Esto, aunque es más cierto que nunca, en esta nueva revolución digital donde la clave será adquirir conocimientos y experiencias en dicho universo virtual, dicha formación puede tener escaso valor para el desarrollo de los pueblos y las empresas, si a la misma no le combinamos una parte clave como es la formación en habilidades llamadas equivocadamente “blandas”. Equivocadamente pues son esenciales para mantener el equilibrio, el sentido común, el trabajo en equipo, la inteligencia emocional de los equipos, negocios, gobiernos y familias, esenciales para un trabajo efectivo a largo plazo. Es por tanto que desde la Escuela de Negocios de Alto Nivel de la Universidad Panamericana (ENAN) preferimos llamarla habilidades blandas.
Esta película que menciono cubre este aspecto de una forma subliminal e indirecta, mostrando la vida de un genio que por su propia personalidad, llena de egocentrismo y soberbia, no pudo poner en marcha sus proyectos de vida, tan importantes como hubieran podido ser. Le faltó la formación blanda o esencial.
En ENAN estamos trabajando estos temas desde nuestra apertura en el 2014, tanto dentro del contenido de nuestras Maestrías, por ejemplo en muchos de los diplomados que estamos lanzando, como los que vienen para este próximo mes de junio, en gestión de RRHH (donde el reconocimiento de las habilidades blandas es esencial en los procesos de reclutamiento y gestión del personal), en Ventas y Mercadeo (donde la autoestima es una habilidad esencial que marca la diferencia en un buen vendedor, o la inteligencia emocional es clave para diseñar una buena campaña de mercadeo), o en Assessment Center -diplomado enfocado en reclutamiento y capacitación- (donde de nuevo identificar y trabajar estas habilidades como el trabajo en equipo o un buen equilibrio personal de los empleados y los equipos, marcan la diferencia para el éxito de una empresa).
Esto no es obvio como decíamos anteriormente para reconocer que diplomados como el de SEO (“Search Engine Optimization”), enfocados en la nueva realidad digital, y que lanzamos también para este mes de junio, son claves para competir como empresa en este siglo XXI. Pues el poder llegar a nuestro verdadero target de mercado de la forma más rápida y económica posible es clave para el éxito de nuestros negocios en las redes. pero de nuevo, con un recurso humano detrás, emocionalmente preparado, las metas de éxito pueden ser inalcanzables.
Como acababa dicha película y libro, todo empieza en la educación. Una educación emocional y positiva, es fundamental para el desarrollo de los pueblos, como lo es en uno de los países y regiones del mundo más evolucionados, Dinamarca y Escandinavia. Si ellos pudieron pasar de sistemas temibles como los que imponían los vikingos a lo que son hoy en día, ¿por qué no nosotros? En ENAN y UPANA creemos que sí es posible.
Rodolfo Bay
Director ejecutivo - ENAN